lunes, 12 de mayo de 2008

Un Don Quijote vestido de rata


¿Quién le iba a decir a Sam Savage, un antiguo profesor de filosofía de Yale, que su primera novela, Firmin, se convertiría en un éxito de ventas? ¿Y con un ratón como protagonista?

Título: Firmin
Editorial: Seix Barral
(Biblioteca Formentor)
Autor: Sam Savage
222 páginas

No se equivoquen, es cierto que ficciones protagonizadas por animales humanizados hay muchas, pero la mayoría tienden a estropearse por algo que ésta no tiene: moralismo disfrazado de parodia. Bastaría una frase para resumir el argumento: la vida de una rata que nace en una librería y se alimenta de libros y de lecturas. Pero sería un resumen injustamente sencillo porque, más allá de la historia, Firmin es un irónico y tierno homenaje a los lectores de buena voluntad, algo así como un viaje iniciático por el mundo del libro y de la ficción de la mano de un insólito protagonista (ideal para meterles el gusanillo en el cuerpo a los que no suelen leer demasiado), pero también una máquina de guiños literarios desde la primera a la última página (para lectores experimentados y con bagaje de alto nivel).
Firmin es una rata de cloaca pero, a diferencia de sus congéneres, es una rata lectora empedernida que devora sin pausa todas las obras de la librería en la que pasará gran parte de su vida, desde títulos de criminología hasta la filosofía más reivindicativa o la literatura más culta. Hemingway, Salinger, Proust, Joyce ocupan sus primeros años de formación. Pero también es una amante del buen jazz, del cine en general y de las palabras que sirven para dar título a los sentimientos y a las personas.

Casi humana
Y es que Firmin no es un erudito ni un pesado moralista, es una rata que, de tanto leer, enloquece, como Don Quijote, pero enloquece para convertirse casi en humana. Ésta es sin duda su gran tragedia, porque por desgracia para ella, para el resto del mundo no es más que una rata. Vulnerable, tierno, perverso pero sin malicia, feo y raquítico, Firmin es un desecho entre los de su especie, una conciencia perpleja ante un mundo cambiante, con los afectos desordenados y resignado a depender de la amabilidad de los extraños, extraños humanos a los que idolatra, pero entre los que no tiene cabida.
Lo mejor: Es una historia, sin más. Nada de moralejas ni enseñanzas que no vayan más allá del amor incondicional por la lectura.
La advertencia: Se trata de un estilo periodístico y directo, sin retóricas recargadas ni digresiones complejas.

Lo mejor: Es una historia, sin más. Nada de moralejas ni enseñanzas que no vayan más allá del amor incondicional por la lectura.
La advertencia: Se trata de un estilo periodístico y directo, sin retóricas recargadas ni digresiones complejas.

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