miércoles, 20 de mayo de 2009

El buen comer

No hay que olvidar que un buen comportamiento en la mesa puede desencadenar nuevos y buenos hábitos en otras situaciones cotidianas que forman parte del proceso de crecimiento de los más pequeños de la casa.
Miriam Herranz, bióloga
Hay varios consejos que nos pueden ayudar a mejorar la actitud y el gusto por la comida de los más pequeños de la casa. Antes de comer (preparando la comida, comprando en el supermercado los alimentos o poniendo la mesa, por ejemplo) y durante el acto de comer, debemos ser pacientes y transmitir una actitud positiva. También tenemos que evitar situaciones tensas, como tener prisa por acabar, estar impacientes y obligar a comer sin motivos. Las prisas son enemigas. No es sano que un niño coma en menos de 20 minutos. Mientras comemos, sobre todo si hay más miembros de la familia que comparten la hora de la comida, debemos aprovechar para conversar y crear un buen ambiente, evitando discutir. Tampoco podemos gritar o reñir a los niños si se manchan la ropa o si cae comida al suelo, de la misma manera que la comida no debe utilizarse para tranquilizar, premiar o castigar. Muchos padres amenazan a sus hijos con frases como “si no terminas pronto, te quedas sin jugar”, “si no te acabas la carne, no crecerás”
o “como te has portado mal, no hay postre”. La comida es y debe ser un fin en sí mismo. No conviene convertirla en un medio para conseguir cosas.
Comidas ‘sin fronteras’
No nos debemos preocupar si un niño no come determinados alimentos porque no le gustan.
La comida es y debe ser un fiin en sí mismo. No conviene convertirla en un medio para conseguir cosas.
Normalmente esto ocurre porque tienen un sabor fuerte o tienen un color no apetecible, o incluso porque el mismo niño los rechaza por una incipiente alergia. También podemos cocinar los alimentos que no son de su agrado a primera vista de forma más atractiva y diversa (troceados, guisados, rebozados, acompañados de salsas, etc.). Es muy probable que con el paso de los años sus preferencias cambien y los adolescentes se dejen llevar y se atrevan a probar nuevos alimentos o gustos hasta ese momento rechazados. No debemos olvidar que es necesario probar una vez tras otra un alimento para que resulte gustoso, aceptando su textura y sabor. Otra herramienta que nos puede ayudar a convertir la comida en algo atractivo es demostrar interés y curiosidad por alimentos poco habituales en nuestro mercado y cocina, a través de nuevos sabores y platos de otros países. Una idea original y que nunca falla son las comidas temáticas que introduzcan motivos decorativos y culturales que enriquecen el espacio de la mesa. Por encima de estos trucos, no hay que olvidar que, al margen de la edad, comer de todo y equilibrado (no sólo lo que gusta) es el truco para conseguir una dieta sana y que no hay que repetir alimentos a largo del día ni abusar de dulces, chucherías y bocadillos.
¡Recuerda!
-Es imprescindible lavarse las manos antes y después de comer.
-Hacer de pinche en platos sencillos lo ayudará a probar determinados alimentos.
-La comida es un encuentro familiar y no se debe permitir jugar mientras se come.
-Si nuestro hijo rechaza el primer plato, que espere al segundo en la mesa. Durante la espera quizá se sienta tentado a probarlo de nuevo.

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